15 de abril de 2014

Cuarto día- comunidad y María

Esta mañana ha sido dedicada a reflexionar sobre la experiencia de Dios en comunidad y de todo lo dicho, realmente iluminador y en mi opinión totalmente acertado, mi reflexión ha sido sobre todo sobre una de las partes.

El director de los ejercicios decía que la comunidad ante todo es comunidad de fe. Muchas veces se acentúa el aspecto sociológico o psicológico, pero también y sobre todo somos comunidad de fe. Hay que recuperar-retomar-potenciar la visión teológica-evangélica de la comunidad.

Jesús llamó a los doce, a los que quiso, entre ellos había un traidor, un estafador, un fanático, dos soberbios (preocupados por los primeros puestos), un incrédulo que tuvo que tocar para creer... Jesús los llamó por que quiso. Él los eligió. En comunidad pasa exactamente lo mismo ya que Dios nos llama, cada uno como somos y con lo que somos y tenemos. No puedo ser yo el que elija-llame-seleccione, simplemente soy llamado como los demás. No creáis que a veces no es difícil ver esto, y no solo verlo sino aceptarlo. A mi, por lo menos, me cuesta y mucho. 

En esta etapa de discernimiento, y esto es parte de mi reflexión, tengo que discernir si Dios me llama a ser sacerdote, si Dios me llama a ser sacerdote en la Congregación de la Misión... ello implica vivir en comunidad para la misión, entre otras cosas. Hoy me centro en el aspecto comunitario. La vida en comunidad, no voy a entrar a valorar si es fácil o difícil, la vida en comunidad es. Quedarse en lo negativo o en lo menos bueno, NO tendría sentido alguno y solo amargaría y no ayudaría en NADA. 

Yo, de la vida comunitaria me quedo, vivo, valoro, aprecio, cojo... lo mejor. En comunidad NO todo es bueno y perfecto, pero la mayoría si lo es, desde mi experiencia hasta ahora. Desde luego he tenido que cambiar cosas de mi forma de ser, de actuar..no estoy en mi casa y no vivo con mi familia...eso es bastante claro. Pero son cosas que he cambiado o modificado por sentido común, por exigencia de una vocación a la que he sido llamado y a la que he respondido que si, con todo lo que implica. No he dicho que si para algunas cosas pero para otras...mejor no, mejor seguir como hasta ahora. No, eso no es responder a Dios de forma sincera y eso no implica una respuesta radical a Dios.

De todo lo dicho, dos problemas me surgen; el primero es que es fácil decirlo pero algunas veces difícil vivirlo y el segundo es exigir a los demás un pensamiento o planteamiento similar y en esto último, volvemos a que Dios es quien llama y yo comparto con los demás llamada, ni elijo, ni acepto...

La tarde ha sido dedicada a María. Podría escribir todo lo dicho, pero lo guardo en mi corazón y desde ahí intentaré hacerlo vida y que fructifique. Ha comenzado la reflexión con algunas certezas, verdaderamente interesantes. Certezas que no por ser bastante sencillas, son muchas veces rechazadas, silenciadas e incluso criticadas. Las certezas expuestas son: Cristo es el único Redentor, María esta en la fila de los redimidos, pero la primera y además como Madre del Redentor. La devoción a María no distrae de la profundización necesaria en Jesús, al contrario, si profundizamos en Cristo, encontramos a María íntimamente unida a Él. La devoción a María, NO es algo opcional, María es esencial en el conjunto de la fe cristiana.

Se nos ha hablado de María, Virgen fiel y cuatro rasgos de esa fidelidad. 
En primer lugar la fidelidad es búsqueda. Ante la propuesta de Dios en la Encarnación, María pregunta, busca sentido. Mi reflexión me lleva a considerarme, peregrino de la fe, en mi camino vocacional hay tramos oscuros y difíciles, tramos con obstáculos... para esos tramos no vale o no basta el si inicial, cada tramo requiere de un si concreto y cada si hay que darlo después de haber buscado el sentido de ese tramo en la oración, en la reflexión, en el discernimiento con otros... 

También la fidelidad es aceptación, es la lógica consecuencia de lo anterior. Si encuentro lo que Dios me pide, lo acepto. A veces, no aceptamos lo que Dios nos pide. Yo he experimentado lo que es saber que Dios me pide algo y por falta de valentía, por miedo... no responder, hacerme el sordo o incluso decir que no. También digo... uno no puede estar toda la vida haciéndose el sordo o diciendo que no y ademas el Señor es muy insistente. Hay que desinstalarse, moverse, salir de uno, tener coraje, valentía, superar miedos y dificultades... el si que muchas veces damos, es mas un si desde el misterio que desde la certeza. El si de María fue mas desde el misterio y el fiarse de Dios que desde la certeza absoluta de lo que implicaba.

La fidelidad también es coherencia. Esto significa que la vocación a la que yo he sido llamado, la vocación especifica mía, es una forma perfecta de vivir coherentemente mi bautismo. Acepto que Dios me tome para si y que Dios me consagre, ante esa aceptación, debo vivir en coherencia con ello. No caben mediocridades, incoherencias, rutinas, no tener convicciones firmes... Es verdad que en el camino de la fe hay altibajos como dijimos antes, pero también es coherencia, el aceptar que haya esos momentos, vivirlos, pasarlos siendo fiel pero NO instalarnos en lo mínimo, en la rutina... Dios me llama, busco el sentido, respondo que si...pero respondo con TODO, con mi vida entera,

Y por último, la fidelidad es también constancia. Debemos permanecer en el camino aunque aparezca la prueba y la dificultad. Solo basta volver la mirada a una imagen terriblemente dolorosa: Cristo crucificado y María, su madre, a los pies de la cruz. María dijo SI, desde el principio hasta el final. 

A ti, que me has leído te doy las gracias de corazón, rezo por ti, por tu vida de relación con los demás, en comunidad, en familia, en el trabajo.... y a María le pido que te ayude a ser fiel con esos cuatro rasgos de búsqueda, aceptación, coherencia y constancia.

Esta tarde seguiremos en silencio, reflexionando y meditando. Nada de lo escuchado, reflexionado y meditado debe quedar en eso, en una simple meditación, ahora toca hacerlo vida, que dé fruto y que el fruto sea abundante. 

Tras estos días de ejercicios, mañana por la mañana saldremos cada uno a vivir la Pascua en diferentes lugares y con diferentes comunidades o grupos. Yo participaré, junto con tres compañeros de comunidad en la pascua rural de Zamora que coordina una Hija de la Caridad. Asistiremos y serviremos en algunos pueblos para que a pesar de la escasez de sacerdotes, eso no repercuta en la vivencia de estos días santos y centrales de nuestra fe para las personas que viven en aquéllas comunidades.

Te pido de corazón que reces por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Pidamos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

Hasta pronto...

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