8 de junio de 2014

Oración en San Vicente; al Espíritu Santo

San Vicente de Paúl decía: "Dadme un hombre de oración y será capaz de todo". La oración es por tanto la fuente de la que brota toda actividad. Es decir, solo de la unión con Dios, en la oración, podemos llevar adelante cualquier cosa que nos propongamos.

Es importante ser una persona de oración pero también es importante saber cómo tiene que ser esa oración. Respecto a esto, San Vicente es muy claro y dice: "la oración debe estar informada de espíritu filial, de humildad, de confianza en la Providencia y de amor a la bondad de Dios". 

Ese sentirnos hijos de Dios, hace que le miremos y le hablemos como Padre, la confianza de la que también se habla, se apoya precisamente en este sentirnos hijos, en este poder dirigirnos a Dios con la confianza de hijos. Es básica la humildad, así en Hechos de los Apóstoles se nos dice: "El Espíritu Santo los llevó..." o "El Espíritu Santo los condujo..." Se nos resalta la importancia de ser dóciles, debemos dejarnos modelar en el molde de la santa humanidad de Cristo, permitirle, estar abiertos y dispuestos. 

El Espíritu Santo es el que ilumina la oscuridad, abre lo cerrado, mueve lo paralizado, da fuerza a lo débil, sostiene lo que va a caer, da forma a lo que no la tiene o la ha perdido, construye lo  destruido. 

Abrámonos a la acción del Espíritu Santo y dejémonos transformar por Él.

Termino esta entrada de hoy con una oración:

¡Oh Espíritu Santo! llena nuestra vida e ilumínala para que iluminada por ti, seámos dóciles y nos dejemos transformar para ser semejantes a Cristo.


A ti, gracias por dedicar un tiempo a leerme, lo mismo que pido para mi, lo pido para ti.

Un saludo y hasta pronto...


1 de junio de 2014

Oración: buscar la voluntad de Dios

 “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo corazón.” Jer 29,12-13.
Esta frase de Jeremías me sirve para introducir esta reflexión sobre la oración, la cual estará divida en varias entradas. Estas reflexiones tienen su origen en el retiro comunitario que ayer disfruté junto con la comunidad en Sotoserrano, Salamanca, de manos del P. Narcisco.
Doy gracias a Dios por cada retiro y cada momento de silencio y de oración de los que disfrutamos y del privilegio de estos momentos que ya en algún momento he comentado y que considero fundamentales para ponerme a la escucha  e interrogarme.
Estas reflexiones, fundamentalmente están basadas en la reflexión de los números de las constituciones de la Congregación de la Misión, dedicados a la oración.
Parto de algo muy básico: Cristo estaba unido al Padre por la oración. En ella buscaba la voluntad del Padre, una voluntad que dirige la vida / la misión y su entrega salvadora.
Cristo no sólo ora Él, no sólo permanece Él, unido al Padre a través de la oración; los discípulos le piden que les enseñe a orar (tienen deseo de esa unión con Dios-Padre) y Cristo les enseñaba a orar y les enseñaba algo más: a que oren siempre y sin desfallecer.
Ahora soy yo el que me interrogo: ¿busco la voluntad de Dios en la oración? Siendo sincero, cada vez más, PERO no siempre. Alguien me enseñó que la preposición PERO en una frase, funciona como borrador universal de lo anterior, así que lo aplicamos, y la respuesta a la pregunta es: NO SIEMPRE. Sí es un no siempre, es que hay veces (cada vez más) en las que si busco la voluntad de Dios en la oración y por lo tanto voy a referirme a las diferencias.
  • Cuando busco la voluntad de Dios en la oración: me preocupo por buscar la verdad de lo que Él quiere, y no me centro en lo que yo quiero.
  • Cuando busco la voluntad de Dios en la oración: me abandono en sus manos con confianza y no le abandono y confío en lo querido y deseado por mí.
  • Cuando busco la voluntad de Dios en la oración: rezo, oro, discuto, comparto, busco, pido, encuentro, hablo, doy, recibo…y no abandono toda palabra y búsqueda y simplemente actúo como creo o como quiero.
Por lo tanto son tres diferencias, las tres representan una mínima parte de lo que supone el número de diferencias existentes. Aunque pocas, son fundamentales para ver la diferencia entre una vida que busca en Dios y una vida que busca en uno mismo.
Para terminar, lo hago a través de una oración:
Dios Padre bueno, que a través de Jesucristo tu Hijo me ayudes a ser feliz siendo fiel a ti, a tu mensaje y a tu plan para mi vida. Te lo pido a ti, que eres Dios, con el Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
A ti, gracias por dedicar un tiempo a leerme, lo mismo que pido para mi, lo pido para ti. 
Un saludo y hasta pronto...

6 de mayo de 2014

Mayo, con M de Madre

Mayo es un mes precioso, no sólo por la experiencia de Dios en la belleza de la naturaleza, no sólo porque empieza a hacer buen tiempo, no sólo por eso, sino fundamentalmente porque mayor empieza por "M", igual que MARÍA e igual que MADRE.
El domingo celebramos el día de la Madre. Siempre he oído y escuchado que es un día creado por los centros comerciales, que es un día para comprar y regalar … Y puede ser, pero sí es eso, es en parte por nuestra culpa que llegamos a quedarnos en eso y no vamos a lo esencial: nuestra Madre.
Más allá de regalos, consumismo… Encontramos las palabras, que en mi caso cuando se refieren a mi Madre, se suelen quedar cortas; pero aun así quiero decirlas. Porque no porque las cosas sean insuficientes no hay que expresar las.
Lo que siempre me sale en primer lugar es GRACIAS, por darme la vida, cuidarme, educado en pie, acompañarme, entenderme los respetar ni selecciones y decisiones. Gracias por ser como eres, de ti y de tu forma de ser y actuar de aprendido SIEMPRE y sigo haciéndolo. Tú fortaleza y tu sonrisa en el caminar diario hacen que mi camino sería más feliz me veía muy acompañado por ti y aun en la distancia física.
Después de darte las gracias a ti, doy gracias a Dios por ti y por haber nacido de ti. A Él le pido que te siga bien diciendo y protegiendo.
El vínculo que se establece entre las madres y los hijos, creo que es un vínculo, una relación única y no comparable a ninguna otra; siendo esta mi opinión y experiencia, tanto en mi persona como a mi alrededor.
Cuando me refiero a este vínculo hago referencia a que fue ella, mi madre, la que me llevó, alimentó y protegió, dentro de sí misma, con su propio cuerpo. Es por ella por la que vine al mundo, una vida creada por Dios y gestada en mi madre. Es de ella de quien escuché las primeras palabras y quien me siguió alimentando y cuidando, junto con mi padre. Luego crecí y siempre ha estado a mi lado, de una u otra forma educándome y haciéndome ver lo que soy y lo que valgo. Es ella, mi madre, la que se sacrifica y acepta mis decisiones y elecciones. Es ella, mi madre, la que también pone su confianza en el Señor y me acompaña en el camino de mi vocación. Es ella, mi madre, la que me regala momentos y sonrisas únicas cada vez que voy a casa. Es ella y son muchas más.
Cada hijo tiene una madre y por los hijos, se conocen las madres y pude ver el domingo, en cada felicitación, UN GRACIAS MAMÁ. Todos damos gracias por ellas y por lo que de ellas hemos aprendido. Con sus errores y aciertos, nos educan, nos acompañan y sobre todo nos quieren por encima de todo.
Hoy quisiera rezar por mi madre y por todas las madres del mundo, para que imiten a María, ejemplo de madre y sean fieles a la responsabilidad asumida en la maternidad.
¡¡Madres!! Sed felices con vuestros hijos, sed ejemplo de amor y de unión en el matrimonio.
¡¡Hijos!! Sed respetuosos, sed agradecidos, sed confiados.
¡¡Maridos!! Sed cariñosos, valorad, respetad y amad a vuestras mujeres.
Me gustaría terminar con la oración que dirigió el Santo Padre Francisco por las familias. Solo te pido una cosa, a ti que lees: únete a la oración y hazlo con confianza.
“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.

Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.

Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”

Hasta pronto y GRACIAS!!

4 de mayo de 2014

Resurrección: testimonio y alegría


Antes de comenzar con la reflexión por la cual escribo esta nueva publicación, me gustaría comentar brevemente mi experiencia de la Pascua rural en Zamora. Lo primero es dar gracias a Dios por permitirme compartir con el grupo de personas que formábamos una comunidad en misión, gracias por cada detalle, cada palabra y por todo el compartir. En segundo lugar gracias por cada pueblo que visitamos y en donde Cristo está presente. En la sencillez de esas personas se refleja el rostro tierno y cercano de Jesús. No piden nada y lo dan todo, fieles a sus tradiciones y amables con los que venimos de fuera.

En cada pueblo hay una persona que siempre te toca el corazón de manera especial, recuerdo a muchos de ellos y los tengo muy presentes en mi oración, así como también pido por los jóvenes de esos pueblos o que visitan el pueblo en Semana Santa, pido que no den la espalda a Dios, que vivan de cara al que es Camino, Verdad y Vida, y que tengan muy presente lo que dijo el Papa emérito Benedicto XVI que Cristo no quita nada, más bien lo da todo.

La Pascua rural acababa con la celebración del Domingo de Resurrección y ahí está la base de mi reflexión de hoy: ¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA!


Cuando se nos anuncia la resurrección de Cristo podemos sentirnos alegres y contentos como todos los años que la hemos celebrado, o por el contrario, podemos experimentar a Cristo Resucitado en nuestra vida. Si, escojo la segunda.

Nosotros (yo) debemos ser testimonio de esa luz pascual, esa luz que es vida. Debemos siempre y en cualquier circunstancia ser testimonio de esa luz que disipa cualquier tiniebla e ilumina cualquier vida, por muy oscura que sea. Es la luz de Cristo que habiendo muerto, vuelve a la Vida y con ese volver a la Vida, nos abre el camino a nosotros hacia ella. No es cualquier luz, no es una luz que se funde o se apaga, es luz de vida eterna, que por mucho que tapemos u ocultemos, ella no se apaga, sigue encendida e ilumina todo aquello que somos y hacemos, siempre y cuando se lo permitamos.

Debemos por tanto ser testimonio de Cristo Resucitado, que sea Él quien ilumine nuestra vida con su palabra, su presencia…y que nosotros abramos nuestra vida a Él, que es Camino, Verdad y Vida. La mejor forma de ser testimonio es siendo coherentes. Nuestra coherencia consiste en vivir aquello de lo que hablamos, aquello que experimentamos. De  nada vale decir, comunicar, expresar… sobre Jesús, sobre la Iglesia y sobre todo lo relacionado con la experiencia de Dios, si no lo hacemos vida. Debemos ser fieles a Jesucristo y siéndolo, vivir en coherencia con esa fidelidad, solo así podremos ser testimonio que ilumine a los demás.

Unido a todo lo anterior se encuentra el sentimiento de alegría que debemos experimentar en nuestra vida al saber que Cristo ha resucitado. Esa alegría tendría por fuente el Resucitado y en los demás el lugar donde vivirla y contagiarla.

No puede ser que no se nos note que Cristo ha resucitado. Esta idea no es mía si no del superior de mi comunidad que ha insistido en que debe notársenos en la cara y debe ser un interrogante para los demás.

En medio de este mundo en el que vivimos, lleno de situaciones desgarradoras, alejadas de Dios, terribles, de pena y angustia, tenemos que ser portadores de la esperanza por la alegría. Nada puede ser igual después de conocer y experimentar la vida nueva en Jesús, Hijo de Dios.

Me despido ya, no sin antes darte las gracias a ti que me has leído y asegurarte mi oración. Te animo a que seas portador de esperanza y testimonio de alegría para todos los que te rodean.

Hasta pronto…

15 de abril de 2014

Cuarto día- comunidad y María

Esta mañana ha sido dedicada a reflexionar sobre la experiencia de Dios en comunidad y de todo lo dicho, realmente iluminador y en mi opinión totalmente acertado, mi reflexión ha sido sobre todo sobre una de las partes.

El director de los ejercicios decía que la comunidad ante todo es comunidad de fe. Muchas veces se acentúa el aspecto sociológico o psicológico, pero también y sobre todo somos comunidad de fe. Hay que recuperar-retomar-potenciar la visión teológica-evangélica de la comunidad.

Jesús llamó a los doce, a los que quiso, entre ellos había un traidor, un estafador, un fanático, dos soberbios (preocupados por los primeros puestos), un incrédulo que tuvo que tocar para creer... Jesús los llamó por que quiso. Él los eligió. En comunidad pasa exactamente lo mismo ya que Dios nos llama, cada uno como somos y con lo que somos y tenemos. No puedo ser yo el que elija-llame-seleccione, simplemente soy llamado como los demás. No creáis que a veces no es difícil ver esto, y no solo verlo sino aceptarlo. A mi, por lo menos, me cuesta y mucho. 

En esta etapa de discernimiento, y esto es parte de mi reflexión, tengo que discernir si Dios me llama a ser sacerdote, si Dios me llama a ser sacerdote en la Congregación de la Misión... ello implica vivir en comunidad para la misión, entre otras cosas. Hoy me centro en el aspecto comunitario. La vida en comunidad, no voy a entrar a valorar si es fácil o difícil, la vida en comunidad es. Quedarse en lo negativo o en lo menos bueno, NO tendría sentido alguno y solo amargaría y no ayudaría en NADA. 

Yo, de la vida comunitaria me quedo, vivo, valoro, aprecio, cojo... lo mejor. En comunidad NO todo es bueno y perfecto, pero la mayoría si lo es, desde mi experiencia hasta ahora. Desde luego he tenido que cambiar cosas de mi forma de ser, de actuar..no estoy en mi casa y no vivo con mi familia...eso es bastante claro. Pero son cosas que he cambiado o modificado por sentido común, por exigencia de una vocación a la que he sido llamado y a la que he respondido que si, con todo lo que implica. No he dicho que si para algunas cosas pero para otras...mejor no, mejor seguir como hasta ahora. No, eso no es responder a Dios de forma sincera y eso no implica una respuesta radical a Dios.

De todo lo dicho, dos problemas me surgen; el primero es que es fácil decirlo pero algunas veces difícil vivirlo y el segundo es exigir a los demás un pensamiento o planteamiento similar y en esto último, volvemos a que Dios es quien llama y yo comparto con los demás llamada, ni elijo, ni acepto...

La tarde ha sido dedicada a María. Podría escribir todo lo dicho, pero lo guardo en mi corazón y desde ahí intentaré hacerlo vida y que fructifique. Ha comenzado la reflexión con algunas certezas, verdaderamente interesantes. Certezas que no por ser bastante sencillas, son muchas veces rechazadas, silenciadas e incluso criticadas. Las certezas expuestas son: Cristo es el único Redentor, María esta en la fila de los redimidos, pero la primera y además como Madre del Redentor. La devoción a María no distrae de la profundización necesaria en Jesús, al contrario, si profundizamos en Cristo, encontramos a María íntimamente unida a Él. La devoción a María, NO es algo opcional, María es esencial en el conjunto de la fe cristiana.

Se nos ha hablado de María, Virgen fiel y cuatro rasgos de esa fidelidad. 
En primer lugar la fidelidad es búsqueda. Ante la propuesta de Dios en la Encarnación, María pregunta, busca sentido. Mi reflexión me lleva a considerarme, peregrino de la fe, en mi camino vocacional hay tramos oscuros y difíciles, tramos con obstáculos... para esos tramos no vale o no basta el si inicial, cada tramo requiere de un si concreto y cada si hay que darlo después de haber buscado el sentido de ese tramo en la oración, en la reflexión, en el discernimiento con otros... 

También la fidelidad es aceptación, es la lógica consecuencia de lo anterior. Si encuentro lo que Dios me pide, lo acepto. A veces, no aceptamos lo que Dios nos pide. Yo he experimentado lo que es saber que Dios me pide algo y por falta de valentía, por miedo... no responder, hacerme el sordo o incluso decir que no. También digo... uno no puede estar toda la vida haciéndose el sordo o diciendo que no y ademas el Señor es muy insistente. Hay que desinstalarse, moverse, salir de uno, tener coraje, valentía, superar miedos y dificultades... el si que muchas veces damos, es mas un si desde el misterio que desde la certeza. El si de María fue mas desde el misterio y el fiarse de Dios que desde la certeza absoluta de lo que implicaba.

La fidelidad también es coherencia. Esto significa que la vocación a la que yo he sido llamado, la vocación especifica mía, es una forma perfecta de vivir coherentemente mi bautismo. Acepto que Dios me tome para si y que Dios me consagre, ante esa aceptación, debo vivir en coherencia con ello. No caben mediocridades, incoherencias, rutinas, no tener convicciones firmes... Es verdad que en el camino de la fe hay altibajos como dijimos antes, pero también es coherencia, el aceptar que haya esos momentos, vivirlos, pasarlos siendo fiel pero NO instalarnos en lo mínimo, en la rutina... Dios me llama, busco el sentido, respondo que si...pero respondo con TODO, con mi vida entera,

Y por último, la fidelidad es también constancia. Debemos permanecer en el camino aunque aparezca la prueba y la dificultad. Solo basta volver la mirada a una imagen terriblemente dolorosa: Cristo crucificado y María, su madre, a los pies de la cruz. María dijo SI, desde el principio hasta el final. 

A ti, que me has leído te doy las gracias de corazón, rezo por ti, por tu vida de relación con los demás, en comunidad, en familia, en el trabajo.... y a María le pido que te ayude a ser fiel con esos cuatro rasgos de búsqueda, aceptación, coherencia y constancia.

Esta tarde seguiremos en silencio, reflexionando y meditando. Nada de lo escuchado, reflexionado y meditado debe quedar en eso, en una simple meditación, ahora toca hacerlo vida, que dé fruto y que el fruto sea abundante. 

Tras estos días de ejercicios, mañana por la mañana saldremos cada uno a vivir la Pascua en diferentes lugares y con diferentes comunidades o grupos. Yo participaré, junto con tres compañeros de comunidad en la pascua rural de Zamora que coordina una Hija de la Caridad. Asistiremos y serviremos en algunos pueblos para que a pesar de la escasez de sacerdotes, eso no repercuta en la vivencia de estos días santos y centrales de nuestra fe para las personas que viven en aquéllas comunidades.

Te pido de corazón que reces por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Pidamos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

Hasta pronto...

14 de abril de 2014

Tercer día- experiencia de Dios en la Eucaristía y en la oración

Esta mañana se nos ha hablado de la Eucaristía como centro de la vida y la misión. Recojo algunas reflexiones que han ocupado mi mañana y me han hecho reflexionar profundamente.

Comenzaba diciéndome que si afirmamos que Cristo es el centro de TODO, la Eucaristía se convierte en esencial en nuestra vida, en fuente y alimento de todo lo demás. De la Eucaristía recibimos (recibo) la fuerza para alimentar la fe y la vocación. Ante estas afirmaciones me preguntaba, si la vivimos (vivo) así o si por el contrario forma parte de la rutina diaria o dominical... 

Si decimos, creemos y sentimos, que en la Eucaristía hacemos memoria, renovamos, hacemos nuevo... en definitiva, renovamos la fuerza salvadora de aquél acontecimiento, NO puede ser algo más, no puede ser un mero cumplir, no puede ser un ir y ya... tiene que ser un VIVIRLA, un HACERLA VIDA... Debemos comprender el misterio pascual para vivirlo.

A la vez que es centro de nuestra vida, también es fuente de la misión. La Eucaristía se convierte en un autentico envío. Una vez que experimentamos al Resucitado en la eucaristía, quedamos invitados a anunciar/compartir lo vivido y experimentado; nos convertimos en comunidad ENVIADA a dar testimonio de aquello que han visto y oido. Esto ocurrirá cuando la Eucaristía sea vivida y hecha vida...si no quedará en ese cumplimiento que antes dije y no provocará ese sentimiento de salir a contar, ese sentimiento de envío.

Siempre he dicho que hay que buscar en cada día lo diferente, que ningún día es igual a otro, que por mucho que hagamos las mismas cosas, siempre son distintas y cada día tiene sus cosas nuevas. Desde que estoy en comunidad, he visto como entre muchas cosas, la novedad de cada día, la aportaba la Eucaristía, siempre igual y siempre distinta, siempre renovadora, siempre fuente de aguas distintas... una Eucaristía que se convierte en el centro de novedad y de todo lo nuevo de cada día, es una Eucaristía que ayuda a ser feliz en el día a día. Sin duda alguna, debemos librar los cotidiano de la rutina, debemos librarnos de la rutina y que cada día sea nuevo, lleno de oportunidades y no de rutinas y repeticiones que hacen que se pierda el sentido de lo que hacemos.


La tarde ha sido enfocada a la experiencia de Dios en la oración. A continuación reflexiono sobre algunos puntos en concreto, no me quiero extender mucho.

Partimos de una necesidad, necesidad de orar, necesidad de hablar, de dialogar con el Padre y con aquél en quien se manifiesta, el Hijo. Jesús como revelación definitiva de Dios. Orar, la oración, es algo mas que una obligación, algo mas que repetir y decir... es siempre y debe ser siempre una necesidad que tengamos y sintamos. 

No hagamos mala oración, que no nos valga cualquier cosa, que no hagamos oración para salir del paso...NO. Si nos preocupa nuestra vida, si tenemos a Cristo en el centro de ella, si estamos unidos al Padre y seguimos al Hijo... brotará la oración. Si nuestra vida es auténtica existirá oración sincera.

Una expresión que me ha encantado es: a orar, vamos con nuestra vida. A la oración, vamos con lo que somos, con lo que hacemos, con lo que llevamos a la espalda... y vamos con todo a verlo desde Dios. Debemos comprender nuestra vida para transformarla.

También he dicho siempre que la vocación nace, crece y se desarrolla en la oración. Hoy lo han planteado asi: la vocación es una planta que necesita de un clima favorable para crecer, ese clima es el de oración. Es fundamental llevar una vida de oración, una vida que sea oración, una vida que refleje esa oración... en un vida así, Dios nos hablará y nos mostrará el camino a seguir para ser fieles y siendo fieles, felices.

Y por último, algo que parece que muchas veces se me olvida, a mi personalmente: que la oración debe llevar a un compromiso, a una decisión... 

A ti, que me has leido, te doy las gracias y te aseguro mi oración para que vivas y hagas vida la Eucaristía y tu oración sea cada vez mas íntima y te procure esa experiencia de Dios.

Hasta pronto...


Domingo de Ramos- segundo día- seguimiento de Cristo

«¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!» (Mc 11, 9).

Hoy, la Iglesia celebra el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor; celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Jesús recibido a gritos de Bendito, y de Bendito que viene en el nombre del Señor. 

En la Eucaristía de hoy se proclama la Pasión del Señor y ante esta lectura y tras leer las palabras del Papa Francisco, propongo para la reflexión lo mismo que el Santo Padre ha propuesto y es una pregunta, muy sencilla, muy básica, muy simple...todo eso lo es aparentemente, pero tiene una hondura, una profundidad... la pregunta es: ¿quién soy yo, delante de Jesús?, un Jesús que entra triunfante en Jerusalén, un Jesús que sufre, que es escupido, increpado, golpeado, humillado, reconocido, alabado, abandonado, ensalzado, llorado, acompañado, elevado, abajado...un Jesús, Hijo de Dios que es crucificado y un Jesús que muere en la cruz... ¿quién soy yo, ante Jesús?

Creo que es suficiente esa pregunta para meditar de forma profunda lo que celebramos el Domingo de Ramos y lo que la lectura de la Pasión nos lleva a reflexionar.


Yo, sigo de ejercicios, realmente una bendición y una maravilla. Esta mañana reflexionábamos sobre el seguimiento de Cristo y me permito poner alguna cosilla que ha ocupado mi mañana. 

Ayer quedaba claro que la experiencia de Dios se da en lo cotidiano y hoy volviendo sobre eso, decíamos que todo aquello que nos ocurre en el día a día, debe entroncarse en algo que haga de esqueleto-columna-apoyo, ese es Cristo. Cristo el centro de TODO, se titula este blog, Cristo el centro de TODO, era la propuesta. No puedo estar más de acuerdo. Cristo debe ser el elemento unificador en estos tiempos en los que se tiende a la dispersión. Tanta dispersión, tanta propuesta personal, tantos objetivos, planes...tantas cosas no nos permiten ver el centro: Cristo. 

Con esto anterior entronca una afirmación, muy clara y con la que estoy de acuerdo: No será una fórmula lo que nos salve, sino una Persona: Cristo. Unido a esto decir que Cristo nos dice: "Sígueme" y al seguirle, no nos encontramos con un libro, sino con una Persona, con Él. Una Persona que nos llena, nos impulsa, nos llama, nos habla...nos hace ser de verdad y vivir en ella.

Una última cosa para terminar. Afirmar sin ninguna duda que el amor a Cristo es indispensable para cualquier persona que siga a Cristo. ¡Cristo! Te amo, creo en ti, te sigo...
Jesús preguntó y pregunta: "¿Me amas?" Respondamos con el corazón, veamos cómo es nuestra respuesta, reorientemos en nuestra vida aquello que lo necesite y no olvidemos que el amor afectivo es el que sustenta el amor efectivo. 

A ti, que has dedicado tu tiempo a leerme, te doy las gracias y te aseguro mi oración, por ti, por tu experiencia de Dios y por que Cristo oriente tu vida y la llene de VERDAD, AMOR...

Hasta pronto...

12 de abril de 2014

Volver a escribir durante los Ejercicios Espirituales - primer día - experiencia de Dios


Hace bastante que no escribo...así que ya es momento para volver a hacerlo. Creo que no siempre uno está como debe de estar y que es mejor no decir aquello que uno siente o piensa. Ponerlo en manos de Dios, dejar que pase el tiempo y que todo vuelva a su sitio. En todo ésto es importante, la verdad, la responsabilidad y el asumir la culpa y cumplir lo derivado de la misma si es que hubiere culpa. Una vez dicho esto, que viene a recoger lo que he vivido estas últimas semanas... y sin entrar en nada, ni en nadie... voy a seguir caminando y la mejor manera de hacerlo es, parando, haciendo silencio, dejando a Dios que me hable, escuchando, dejando a Dios hacer en mi vida... es decir, viviendo un tiempo fuerte, viviendo unos Ejercicios Espirituales, los segundos en mi vida, esta vez en Bujedo, Burgos. 

Todos los miembros de la comunidad nos hemos desplazado a éste precioso monasterio, para lo dicho antes y sobre todo en mi caso , para poner a Cristo en el centro de mi vida y poder caminar con verdad.

Estos días intentaré, en la medida en que pueda o sepa como, reflexionar sobre lo propuesto cada día por parte del director de los ejercicios. 

Siempre, en mi recorrido como catequista y habiéndolo aprendido a su vez de la que siempre ha sido mi catequista y mi acompañante espiritual, he destacado y he dicho que es fundamental, es básico, tener experiencia de Dios. Siempre he dicho: por mucho que yo os diga, que yo os cuente, que os defina, que os hable de mi, que reflexionemos...por mucho que hagamos todo eso, de nada vale, de nada, si vosotros no experimentáis a Dios en vuestra vida. Justo ese es el tema de los Ejercicios, ¿cómo no dar gracias a Dios?

En éste primer día dedicado a la experiencia de Dios y a las imágenes o palabras de Dios, quiero hacer una breve reflexión sobre algunos puntos tratados y sobre los que mas he reflexionado.

Comenzar diciendo que es siempre necesario confrontar nuestra propia vida con el ideal evangélico y siempre constato o me doy cuenta que mi propia vida, esta muy lejos de ese ideal evangélico. Soy consciente de mi pecado, de lo que hago mal, soy consciente de todo aquello que me aleja de ese ideal del Evangelio de Jesucristo. Ante esa realidad, hay muchas opciones, yo he elegido la que sigue: soy consciente- confío en Dios- pido perdón- siento el amor y la misericordia de Dios- ese sentimiento me impulsa a ser mejor- decido cambiar y decido purificar aquello que me alejaba, siempre con humildad, esfuerzo, constancia y confianza en Dios. Una imagen que ha utilizado el director de los ejercicios, me ha llenado de luz. Tenemos que ver el ideal evangélico como un imán, que atraiga hacia sí la vida real. 

Algo muy importante a destacar es que la experiencia de Dios se da en lo cotidiano de la vida, en las realidades humanas. No hablamos de una experiencia de Dios extraordinaria, no hablamos de experiencias de ese tipo, hablamos de que cada realidad vivida, sea encuentro con Dios. Hablamos por tanto de lo posible y de lo ordinario. Percibir su presencia oculta y callada en todo, a través de la fe. 

La experiencia de Dios, es algo que necesitamos para sentirle en nosotros, para conocerle verdaderamente, para saber quién es y para poder hablar de Él. Experiencia de Dios que significa estar habitados por Él y ese sentirnos llenos, plenos, habitados... nos da la fuerza, la misericordia, me llama a... me impulsa a... es decir, solo cuando estamos habitados por Dios y por lo tanto le experimentamos, solo entonces, podemos conocerle y podemos transmitirle y llevarle a los demás.

En la charla de la tarde, ha sido utilizada una expresión que dice; Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y el hombre para "vengarse" ha hecho, a lo largo de la historia, a Dios,  a su imagen y semejanza, se ha hecho un Dios a su medida. Esta frase, representa aquella tentación en la que muchas veces caemos (caigo) de hacernos un Dios cómodo, un Dios aceptable, un Dios que encaje con lo que pedimos y pensamos que debe ser Dios. Sin embargo, es al revés. Nosotros debemos amoldarnos-cambiar-dejarnos hacer... de acuerdo a Dios. Un Dios que ante todo es: Dios de la VIDA, Dios COMPAÑERO DE CAMINO, Dios AMOR. 

Para terminar una frase que ha sido dicha también durante la tarde:

Dios es Amor, pero Amor que impulsa a amar.


A ti, que has dedicado un tiempo a leer mi reflexión, te doy las gracias y te aseguro mi oración por ti y por los tuyos para que experimentéis a Dios en lo cotidiano, en el día a día.

Hasta pronto...

25 de marzo de 2014

Gracias María. Gracias Hijas de la Caridad


Hoy la iglesia celebra la solemnidad de la Anunciación del Señor. En este día celebramos y nos alegramos por el SI de María. Un si generoso, humilde, confiado; ¿con dudas? Seguro, ¿de verdad? También. Era un sí que salía de lo más profundo de su interior, allí donde resonaban las palabras del ángel.

María ante la experiencia de Dios que la llama a dar la vida al más humilde siendo el más grande nacido de mujer, a traer al mundo al hijo de Dios, a concebir y dar la vida al Salvador del mundo; María ante la propuesta por parte de Dios, de su plan, tiene que responder y la respuesta que puede dar es un sí o un no.

La respuesta es una respuesta libre, Dios ante todo deja libertad para escuchar, responder, equivocarnos y rectificar. María dice sí, pudiendo decir que no, dice si. Ante la experiencia de Dios que tiene, ella responde sí, se fía de Dios y acoge en su seno a Jesucristo, Hijo de Dios.

Así como es fundamental ver la libertad de María para responder también lo es la capacidad de fiarse de Dios tras experimentarle. El que María diga SI, pudiendo decir que no, añade detalles al sí de María. Es un sí que es suyo pero generoso ya que regala al hijo de Dios, con dudas pero confiado, temeroso pero lleno de Dios y por lo tanto valiente, un sí a concebir a su hijo pero también para el mundo, un sí a solas pero que hoy acompaña a la Iglesia como modelo… En definitiva es un sí que se entrega, alegre y feliz.

En este día tan importante, las Hijas de la Caridad renuevan sus votos, ellas también dicen sí al plan que Dios las propuso y ellas aceptaron, fiándose de Dios.
Es fácil para mí escribir sobre las Hijas de la Caridad porque desde los cuatro años las conozco, desde los cuatro años (sin tenerlo en cuenta entonces) vi su vivencia del Evangelio y su dedicación a los demás, su atención, generosidad y cariño.

Las Hijas de la Caridad llevan en sus vidas el Evangelio de amor de Jesucristo y lo viven de forma particular: al estilo de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac. Con el tiempo, uno reflexiona y lo que de niño yo veía como un trabajo, como una obligación…de las hermanas en el colegio, ahora puedo decir, porque así lo he experimentado, que todo lo que hacían, hace y seguirán haciendo, día a día, no es más que un si diario y silencioso al plan o a la llamada de Dios a cada una de ellas.

Podría ir una una por una dando las gracias a tantas Hijas de la Caridad como conozco, pero no lo haré, pero sí que aseguro un recuerdo especial en mi oración, por la compañía de las Hijas de la Caridad en general y por las más cercanas, que han marcado mi vida y ayudado a encontrar y responder a mi propia vocación y que me acompañan a lo largo de ella. No dejo de tener un recuerdo especial por todas aquellas que ya han partido a la casa del Padre y gozan de la gloria eterna.

Gracias a TODAS, que Dios os conceda la gracia para ser fieles a Él, para vivir vuestra vocación al estilo de San Vicente y de Santa Luisa. También le pido que os conceda vocaciones, mujeres entregadas, fieles y generosas.

A ti, qué me has leído, te pido que reces conmigo por las Hijas de la Caridad y su sí diario, un sí que renuevan oficialmente todos los 25 de Marzo. Yo te aseguro mi oración por ti y por el deseo que tengo que imitemos a María en sus actitudes.

Hasta pronto...

23 de marzo de 2014

Retirarse para mirar y experimentar


Después de un día de retiro comunitario, me gustaría reflexionar sobre el sentido de retirarse, que en ningún caso es alejarse-abandonar-dejar de lado...

Retirarse lo concibo de forma distinta. Para mi es darle una mirada nueva, mirar con otros ojos, darle una perspectiva distinta...no es nada mas que mirar a través de Cristo todo lo que me sucede, todo lo que se me ofrece y regala día a día.

Muchas veces nos (me) olvidamos a causa de las prisas, del ruido, del hacer, del ir, del venir... de lo verdaderamente importante: que Cristo y su Evangelio, sean los que dirijan, inspiren...nuestra vida.

Creo que es fundamental y muy importante que tengamos momentos de retiro. Una buena forma de retirarnos es cada día buscar unos minutos para poner nuestros ojos en Cristo, mirarle y ver qué quiere de nosotros, qué debemos hacer y así poner todo en Él, que nos ama y cuida.

Esos minutos, al principio serán pocos, deben ir aumentando y haciéndose mas sinceros y mas necesarios. Debemos ir construyendo una relación de confianza total con el Señor. Lo que buscamos, es que cada día podamos poner TODO, bajo la mirada de Cristo que nos llama a hacer algo, a dejar algo...y siempre a ser fieles y felices.

Dentro de este retiro personal que es encuentro con Jesús, es muy importante el silencio, un silencio interior que permita que nuestro corazón este abierto a la comunicación y un silencio exterior que no nos distraiga y nos permita centrar nuestra atención en lo importante y centro de todo: Jesucristo, Hijo único de Dios.

Te invito, de corazón, a que te retires de vez en cuando, pero no para olvidar y alejarte, sino para mirar desde Cristo tu propia vida. Te aseguro que la vida cambia, que eres mas feliz, los problemas y las cosas menos buenas, serán los mismos, pero  contarás con Aquel que dijo: "venid a mi los que estáis cansados y agobiados porque yo os aliviaré" y tendrás una nueva mirada que te ayudará a avanzar y caminar. Y las cosas buenas, mirándolas desde Cristo, se multiplican, te hacen crecer y valorar todo de otra forma. Te animo a que experimentes a Cristo en tu vida.

A ti, que me has leído, te doy las gracias, rezo por ti para que experimentes a Cristo en tu vida a través de una mirada nueva.

Hasta pronto...

19 de marzo de 2014

Padres: sed ejemplo para vuestros hijos

Hoy celebramos la solemnidad de San José, esposo de la virgen María. De este gran Santo, deberíamos aprender muchas cosas, como son, el ser justo, su confianza en Dios y la entrega a sus planes, la capacidad acompañar y de sacrificarse.

 De San José de podemos coger muchas cosas que ayuden a modelar nuestra vida y ponerla bajo la mirada de Dios, un Dios que nos llama y nos pide.

San José coincide con el día del padre, por eso mi reflexión en este momento será sobre los padres.

Al hablar de los padres, en primer lugar felicitar a todos aquellos que tenga la fortuna y la bendición de ser padres.

El ser padre es una responsabilidad la cual se asume cuando se inicia un proyecto de amor abierto a la vida y de ese proyecto de amor nace un hijo. Es una responsabilidad que se asume para siempre o debería de asumirse para siempre.

El ser padre además de una responsabilidad es algo bonito, algo que debe llenar y que debe unir al padre y a la madre en un proyecto común, en común; y aun cuando ese proyecto iniciado con amor, y del cual nace el hijo, se rompa o se separe, el padre sigue o debería seguir siendo padre y el hijo sigue o debería seguir siendo hijo.

Si de verdad el AMOR fue lo que dio lugar a la vida, el amor debe ser lo que reine en la relación de padre e hijo. El vínculo no hace que un padre sea padre y el hijo, sea hijo, sólo el AMOR crea ese vínculo.

En este día rezo por todos los padres, por los buenos para que sigan siendolo y no se cansen de amar y por los que no lo son tanto, para que cambien, conviertan su corazón y lo llenen de amor para con sus hijos y sus familias.

Especialmente pido a Dios que convierta los corazones de los maltratadores. Duele pensar y ver cómo los hijos queda marcado de por vida cuando ven a su padre maltratar a sus madres o a ellos mismos.

Padres: ¡¡¡Sed buenos Padres!!! Que vuestra vida ser ejemplo para vuestros hijos y vuestro proyecto un proyecto común.

Gracias por leerme... y hasta pronto!!

Pedir, buscar y llamar...



El Evangelio que hoy ocupa mi reflexión corresponde al jueves pasado. Creo que es uno de los pasajes más bonitos y que más me hacen interrogarme. Sin duda alguna es un pasaje realmente rico y lleno de oportunidades para cambiar.

La imagen que acompaña esta reflexión recoge el texto, así que en adelante comentaré y me preguntaré en voz alta aquello que resuena en mi interior.

“Pedid y se os dará”

Durante toda nuestra vida pedimos miles de cosas, de favores…en este tiempo de Cuaresma, me pregunto: ¿Qué pido? ¿En quién pienso al pedir? ¿En quién debería pensar al pedir?  En numerosas ocasiones pedimos, pedimos…pero nos olvidamos de los que sufren, de los que claman a nuestro alrededor, nos olvidamos del prójimo y nos convertimos en egoístas. Hay miles de situaciones que reclaman que nuestra oración este presidida por esas situaciones.

Cuando en el Evangelio se dice “y se os dará”, me pregunto: ¿qué pasa cuando lo que se nos da no corresponde con lo pedido? Es una situación que se presenta y la cual solo se entiende si tenemos la confianza puesta en el Señor, en quien sabe lo que necesitamos y lo que verdaderamente es mejor para nosotros.

“Buscad y encontraréis”

Ante esta afirmación me surge la pregunta: ¿Qué busco? Me he dado cuenta que muchas veces me busco a mí, nos buscamos a nosotros mismos en vez de buscar a Cristo en los demás, por ello viene a mí la pregunta siguiente: ¿Busco en todo hacer la voluntad del Señor? Esto me lleva a pensar si yo acudo ante Él para ver qué debo hacer, como hacía San Vicente.
Otra pregunta: ¿Qué cosas ocupan el tiempo de búsqueda?  Y por supuesto me surge la pregunta: ¿cómo busco? Intereses, esfuerzo, superación, voluntad de Dios…¡¡tantas cosas que reflexionar!!

Y dice el Evangelio “y encontraréis” y me pregunto ¿qué he encontrado yo en esta Cuaresma? Pues he encontrado cosas buenas que sin duda debo potenciar, pero también he encontrado fallos, en ellos debo profundizar, debo llevarlos a la oración y pedir a Dios la fuerza para ponerlos bajo su luz y su Evangelio.

Qué importante es emprender en la vida un camino de búsqueda personal, una búsqueda en la que no exista cerrazón por nuestra parte, solo apertura, capacidad para dejarnos sorprender y ganas de avanzar…qué importante es buscar aquello que nos hace felices, a nosotros y a los demás. No nos quedemos en el nosotros, vayamos a los demás, acudamos a la felicidad del prójimo para encontrar la nuestra. Esto nos llevará seguramente a denunciar injusticias, hagámoslo con valentía pero siempre teniendo a Cristo en el centro de TODO.

“Llamad y se os abrirá”

¿Dónde llamar? ¿A quién llamar? Debo llamar al corazón de los demás, debo procurar la apertura de sus corazones. Debo llamar a su corazón y a sus vidas, no para imponer nada, sino para tocar su corazón con la misericordia de Dios que se ofrece a todos. No debemos imponer, sino proponer. Debemos llamar a sus vidas con el ejemplo de las nuestras, debemos ser coherentes y tener a Cristo en el centro de nuestra propia vida para poder comunicar con alegría que somos seguidores suyos.

Que siempre pidamos, busquemos y llamemos, teniendo a Cristo en el centro de nuestra vida, buscando nuestra felicidad en los demás y haciendo en todo la voluntad de Dios.

A ti, que me lees…GRACIAS!! Rezo por ti y por tus intenciones.

Hasta pronto…

18 de marzo de 2014

Familia: regalo que se puede ampliar.


Este fin de semana hemos celebrado aquí, en Salamanca, el día de las familias. Las familias de todos han venido desde distintos lugares para conocer, compartir, celebrar y vivir. 

Hasta aquí lo ocurrido y que me ha servido para reflexionar sobre la importancia de la familia. Me reflexión se apoyara en el modelo de familia que yo he tenido y por lo tanto no pretendo entrar a valorar otros modelos que se proponen actualmente.

Nacemos en una familia, crecemos en ella… Y ante todo vamos conformándonos como personas y aprendiendo. La familia para mí es una institución, actualmente un tanto desprotegida o desvalorizada, pero una institución importante y fundamental y la que, en mi opinión, hay que defender y apostar por ella.

La familia es el lugar en el que se vive (en mi caso así ha sido) o se debería vivir, el amor, un amor generoso y entregado, la confianza total, la generosidad y el compartir, el respeto y el acompañamiento. Es una "función" importante a mi entender el acompañamiento, el acompañar pero con ternura y delicadeza, hay que realizar esa tarea de acompañamiento, la cual implica muchas cosas, entre ellas el corregir y el guiar de alguna forma el camino de nuestra vida cuando lo necesitamos.

Mi familia está formada por aquella en la que he nacido, que es la que Dios me ha dado. Una aclaración es que, familia es quien cumple eso que antes he descrito. El cariño y el amor por la familia se vive con quien lo vive y lo comparte; los demás son otra "cosa", a los que respetar y querer pero de otra manera.

Junto con esa familia que Dios nos regala, nosotros podemos a lo largo de la vida ampliarla, con personas que va más allá de la amistad y pasan a ser eso: familia; familia elegida.

Hoy, en primer lugar quiero dar gracias a Dios por mi familia (madre, hermano, abuela y abuelo, tías y tíos, primas y primos, cercarnos y lejanos), dar gracias por todo lo que he vivido, vivo y viviré y que en cada momento es diferente y especial. En la vida no todos son cosas buenas, alegres y felices, por lo tanto también doy gracias por las imperfecciones, los errores y desilusiones porque de todos y cada uno de ellos he aprendido, me han ayudado a  avanzar y a crecer.

Dar gracias a Dios por la familia que Él me regaló y por la elegida a lo largo del tiempo. Doy gracias porque  en mi familia he aprendido a ver que en la fidelidad está la felicidad. Así que... ¡¡¡a ser fieles a la vocación y llamada de Dios!!!

Junto con la acción de gracias, pido a Dios por todos aquellos que no viven el amor en familia, que en vez de aprender, avanzar y crecer; sufren, lloran, lo pasan mal y les marca de por vida. Hay que pedir por la familia y porque estén fundadas en el amor, el perdón y el agradecimiento.

Un saludo a ti, que has dedicado un tiempo a leerme y te aseguro mi oración por ti y por tu familia.

Hasta pronto...

12 de marzo de 2014

Situaciones que marcan


Ayer ocurrieron 2 cosas que me han hecho reflexionar muchísimo y tener una oración muy profunda. 

La primera era el aniversario del 11M, aquél día me marcó la vida, no entendía como alguien puede ser tan cruel, tan cobarde...tantas cosas... para asesinar a 192 personas, PERSONAS. Personas que eran hermanos, prójimos... no lo entendía y no lo entiendo. 

Algo si he pensado a lo largo de éste tiempo que ha transcurrido y es que cuando ponemos por encima de todo nuestros intereses, de poder, de fidelidad a unos ideales viles y realmente perversos; cuando nos ponemos nosotros y nuestras ideas por encima de todo... llega un momento en el que TODO vale. 

Pero está más que demostrado que NO TODO VALE. No vale matar personas para conseguir objetivos, no vale el terrorismo, no vale que una idea lleve a quitar la vida de otra persona, no vale pensar que unas vidas valen mas que otras, no vale actuar en contra de la paz, no vale que estemos por encima del bien y del mal...NO VALE. 

Debemos rezar, debemos pedir a Dios que se haga la paz, que la paz reine en el mundo, ¿cómo? pues lo primero construyendo nosotros esa paz que buscamos y deseamos. A lo largo de la historia, se nos ha repetido por diferentes personas que seamos constructores de paz, allí donde vivimos, estamos, actuamos... pues comencemos por ahí. 

Este tiempo de cuaresma es propicio para cambiar, cambiar aquellas cosas que no favorecen la paz, armonía y fraternidad. A veces resulta realmente difícil, pero es una obligación para todos como personas que somos y caminamos en la vida en búsqueda de la felicidad. Tanto más es una obligación para quienes somos cristianos. Jesucristo, siendo el centro de nuestra vida, nos obliga a cambiar y remover todo aquello que nos aparte de su Evangelio de AMOR. El amor de Cristo debe llenar nuestra vida y estando la vida llena de amor, de su amor, nada podemos hacer que sea contrario a su mensaje, NADA.

La segunda, la conocí a través de una noticia, la cual informaba sobre la muerte de una niña que participaba en un concurso de televisión. Mi reflexión era sobre lo injusto de esa muerte, sobre el por qué... Para mí la muerte es un gran misterio, un misterio que nos conduce a una nueva vida, una vida en Jesucristo, tras la resurrección. 

Es verdad que cuesta, cuesta mucho en determinadas circunstancias que nos toca vivir, ver a Dios en todas ellas. Sin embargo yo animo a poner la confianza en el Señor, a hablar con Él, a preguntarle, a enfadarnos...todo lo que queráis, pero con una profunda confianza en Él. No es una confianza ciega, es una confianza que depositamos en Aquél que nos ama, que nos cuida y nos protege y ademas SIEMPRE. No es aceptar y seguir, es mas bien, no entendemos, confiamos, nos apoyamos en Él y seguimos adelante. Habrá momentos de dudas, de desconfianza, de no saber y no entender...pero solo si permanecemos unidos a Él, en comunión con Él... el resultado de todo lo vivido será una experiencia de vida nueva. 

Para terminar os pido que recéis como yo lo hago, por las familias de las víctimas del 11M, por las propias víctimas y por los heridos. También rezar por aquella marea humana de solidaridad y de entrega por los demás. Así mismo un recuerdo en la oración por esta niña que ha fallecido, por ella y por su familia para que alcance el consuelo y camine unida hacia adelante.

Un saludo a ti que has dedicado un tiempo a leerme, también rezo por ti y te doy las gracias.

Hasta pronto...

11 de marzo de 2014

11M Oración


Dios todopoderoso y eterno,
de infinita misericordia y bondad,
con el corazón que recuerda, acudimos a Ti.
Escucha nuestra oración,
ten misericordia de nuestro pueblo,
atiende las súplicas de quienes te invocan
en esta hora de recuerdo y emoción.
Te pedimos, Dios de la vida, por las víctimas mortales
de los brutales atentados de aquél 11 de marzo de 2004.
Son hijos tuyos; son hermanos nuestros.
Nunca debían haber muerto en estas circunstancias.
Atiende nuestra oración, Dios de la salud,
por todos los que aún sufren secuelas.
Sana sus heridas, fortalece sus corazones,
llénalos de tu gracia y de tu paz.
Visita, a los familiares de las víctimas.
Son también inocentes.
Reviste con tu manto de misericordia y de amor
las llagas de su corazón y de su alma ateridos.
Te pedimos, Señor de los pueblos y Rey de las naciones,
por España y por todos los pueblos que sufren o han sufrido
el zarpazo de la violencia y del terrorismo.
Príncipe de la Paz, Señor crucificado,
Jesucristo resucitado,
compadécete de nosotros,
intercede por nosotros.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra,
Salud de los enfermos, Consoladora de los afligidos,
Reina de la Paz y de la familias.
Ruega por nosotros.

Amén.

9 de marzo de 2014

A ti, mujer..GRACIAS


Ayer, día 8 de marzo, se celebraba el día internacional de la mujer. Para esta reflexión me apoyaré en un fragmento de una carta del Beato Juan Pablo II a las mujeres, escrita en 1995.

El fragmento dice así: "Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas."

Yo me uno a ese dar gracias a cada mujer, esa acción de gracias a ella por ser ella y a Dios por ella. Cada uno de nosotros tenemos mujeres, realmente impresionantes, que marcan nuestras vidas, mujeres, que de forma generosa y entregada nos regalan desde la vida hasta detalles de vida, de camino, de mirada… caminos de felicidad en los que nos acompañan.

En mi caso, doy gracias por mi madre, desde el primer momento, ella ha estado ahí, está y estará. Las madres... ¿qué mayor expresión de amor? ¿qué mayor semejanza al amor de Dios? Demos gracias cada día por nuestras madres, por sus desvelos, sus sonrisas, sus enfados, sus palabras...por todo lo que hacen. No solo madres, también abuelas. Su sabiduría, su estar ahí, sus cosas de "persona mayor", de todo se aprende y de ellas podemos aprender mucho. Hay que añadir tías, primas... y en mi caso Hijas de la Caridad, todas ellas personas que están en nuestras vidas y con su especial sensibilidad y forma de ver y actuar en la vida, nos aportan, nos dan algo y nos ayudan.

Dar gracias a ellas, por ser ellas, es reconocerles su forma PROPIA de percibir y afrontar la vida, que se hace para nosotros una forma NECESARIA e IRRENUNCIABLE.

Dar gracias a Dios por ellas, es pedirle que las proteja, y pedirle a Él que cambien situaciones-acciones… porque también en el mismo documento citado antes, Juan Pablo II decía: "dar gracias no basta, lo sé. Por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer", y respecto a eso, hay que decir que en nuestras manos, en las manos de cada uno, está el que en nuestro tiempo, en nuestro lugar...el camino de la mujer no sea más difícil, ni sea diferente, sino que sea su camino, el elegido por ella, el camino que Dios le proponga, un camino en la libertad verdadera.

Importante es hablar de María. Ella representa el mejor ejemplo, el modelo de mujer. Los cristianos tenemos la suerte, la gracia, la fortuna…de que Dios contara con una mujer para ser madre de Jesucristo. Ella, María, es un modelo perfecto, de humildad, caridad, respeto, servicio, fidelidad, confianza… ¡qué pena parecerme tan poco a María! Pero, a la vez, que grandeza tenerla a ella, que nos conduce a Jesucristo, que nos muestra el camino hacia su Hijo, que nos mira con dulzura y nos corrige con amor de madre. Gracias, María, por estar en nuestro camino y ayudarnos siempre.

Importante y vergonzoso es que, aún hoy, mueran mujeres asesinadas por sus parejas, mueran en guerras… A María, pidamos por las mujeres del mundo, por todas, especialmente las que sufren violencia, física o psíquica; las que sufren para sacar adelante a sus familias, solas; las que tienen enfermedad; las que lloran; las que ríen… por todas.

Pidamos así mismo por los maltratadores, para que cambien, pidan perdón; por los asesinos para que se arrepientan y pidan perdón; por los que inician guerras, para que reviertan esas situaciones injustas…

A ti, mujer madre, mujer esposa, mujer hija, mujer hermana, mujer trabajadora, mujer consagrada; a ti, mujer… GRACIAS.


Un saludo a ti que has dedicado un tiempo a leer mi reflexión, te aseguro mi oración.

6 de marzo de 2014

Nombrar para aceptar

Hoy es jueves después de ceniza y me pregunto a mí mismo: ¿he aprovechado estos dos días? Vamos recorriendo el camino y vamos reflexionando sobre algunos puntos importantes, hoy, en concreto, el calendario que tan bien esta, propone NOMBRAR, poner nombre a las cruces de nuestras vidas. Es una tarea bastante difícil y ardua, muy costosa, pero a la vez MUY importante.

Creo que es fundamental poner nombre a aquellas cruces que nos acompañan, poner nombre es identificarlas, reconocerlas, saber cuales son y cuantas.

Si permanecen en el "sin nombre", todas mezcladas, sin orden alguno y sin saber identificarlas, no nos ayudan a crecer, no nos ayudan a vivir el camino, solo lo amargan y nos empequeñecen.

 Las cruces, en mi opinión, sirven fundamentalmente para saber cómo somos, cómo es nuestra vida, lo que tenemos que cambiar y lo que tenemos que hacer para crecer, más y mejor; amar, mas y mejor; servir, más y mejor, y así unirnos mas a Cristo y a su mensaje de amor, servicio, humildad...

Cuando yo identifico mis cruces, aquellas cosas que marcan mi vida, las reflexiono, las pienso y las acepto y compruebo que tengo que aprender, más aún, a poner estas cruces en perspectiva, a darles una mirada nueva, a aceptarlas con alegría, poner mi confianza en el Señor.

Por ello termino diciendo: al nombrar, se acepa, al aceptar, se da una nueva mirada, al darle una nueva mirada, uno se alegra y haciendo todo eso, estamos poniendo nuestra confianza en el Señor.

Solo poniendo nuestra confianza en el Señor, podemos alegrarnos, podemos aceptar y podemos ser fieles para ser felices verdaderamente.

Reconozco también, que muchas veces no es fácil lo dicho de poner la confianza en el Señor, pero hay que hacerlo, hay que darle un lugar a Cristo en nuestra vida, ponerle en el centro de TODO, no descargar en Él y no preocuparnos, si no preocuparnos y ocuparnos, pero con Él, en Él...

A ti, que has dedicado un poco de tu tiempo te doy las GRACIAS y rezo por ti y te animo a poner nombre a tus cruces, las aceptes, te alegres y pongas tu confianza en el Señor.

Un saludo y hasta pronto...

4 de marzo de 2014

Aprovechar la Cuaresma


Cuando pienso en la Cuaresma, me doy cuenta de todas las cuaresmas que he desaprovechado o no he aprovechado lo suficiente. 

¿Otra Cuaresma? SI. 

Doy GRACIAS por este tiempo privilegiado a la vez que pido al Señor la capacidad para mirar dentro de mi y convertir a Él aquello que está necesitado de esa centralidad de Cristo.  

La Cuaresma es un camino, una nueva ruta, con la misma meta u objetivo: Cristo. Un tiempo que la Iglesia ofrece o regala para convertirnos, un tiempo para aprovecharlo y un tiempo para caminar en la verdad del Evangelio. 

Son conocidas las actitudes de la Cuaresma: oración, ayuno y limosna, fundamentalmente. ¿Qué sentido tienen cada una de estas actitudes? ¿No deberíamos orar, ayunar de ciertas cosas, practicar la caridad, durante todo el año? Ciertamente, todas y cada una de estas actitudes, tiene que regir nuestra vida, pero este tiempo es propicio para darles un sentido nuevo que a lo largo de la vida podemos perder. Me gusta decir que es tiempo de poner en perspectiva estas actitudes. 

Las prisas, los estudios, el día a día, nos hacen llenarnos de miles de cosas, de miles de "cargas", de miles de momentos...que nos (me) pueden hacer perder un poco el sentido de todo lo que vivimos, olvidarnos de que Cristo es el centro de TODO y vivir un tanto alejados en una rutina o monotonía de la que es difícil salir.

Por eso, es importante, muy importante vivir la Cuaresma y aprovecharla, que no sean otros 40 días, en los que machaconamente nos repitamos las mismas cosas, NO. Que sea un tiempo nuevo para una vida nueva. Por este motivo he elegido la imagen que acompaña mi reflexión. Corresponde al título del mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, mensaje que aconsejo leer y meditar.

Reflexionando sobre este gran mensaje, es realmente impresionante como el Hijo de Dios nos enriquece, nos llena, nos da vida y todo desde la pobreza, la humildad y el servicio. Que pena imitarle tan poco y cuantas gracias hay que dar por tenerle a Él y poder mirarle y decirle: Señor, perdóname y ayúdame, quiero ser como tu y quiero cambiar. 

Que difícil es mirarle, reconocerle, pedir perdón, pedir ayuda y querer cambiar. A mi por lo menos me resulta difícil porque es más cómodo seguir igual que hasta ahora y avanzar, pero, ¿es comodidad lo que busco o es fidelidad para ser feliz? 

Sin duda es fidelidad para ser feliz, por lo tanto, espero que estos 40 días, no sean unos días cualquiera, si no que sean días de conversión, de oración sincera, de ayuno de muchas cosas que sobran o no hacen falta, de caridad con los demás, de penitencia, de cambio verdadero y de mirar a Cristo, ponerle en el centro e imitarle.

Te invito a que reflexiones, no con mis palabras, que solamente son una reflexión que comparto, si no con las palabras del Evangelio que nos dicen "Conviértete y cree en el Evangelio" o con las palabras de la imagen: "Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza".

A ti, que has dedicado un rato de tu tiempo a leerme te doy las gracias de corazón y rezo por ti y por tu vivencia de la Cuaresma.

Hasta mañana...